martes, 4 de marzo de 2008

EJECUTAR SIN DERROCHAR



EJECUTIVO O ACOMODATIVO



Observar las acciones del Ejecutivo Municipal de Junín generan zozobra, decepción y un sentimiento de orfandad. Genera resquemor la facilidad aplicada para “acomodar” las situaciones más que accionar con convencimiento Ejecutivo la “misión y función” de un Intendente Municipal. Innumerables son las situaciones por errores y contrasentidos, dotadas de irracionalidad en el Ejercicio del Poder. El dicho y el hecho se enfrentan contradictoriamente demostrando la ausencia de Convicción en la conducción del Ejecutivo Municipal. Con gran decepción leemos con gran titulo, que “…firmo el programa Uso Racional de la Energia”. Un sopapo más para los sufridos ciudadanos de Junín que no dejan de flagelar su cuerpo en los accidentes crecientes y masivos por las calles de esta ciudad, carente de un imprescindible Transporte Público de Pasajeros. Arrastrando a sus habitantes, suplir con medios individuales de transporte menor. El cual comparado, frente a otras ciudades, se magnifica por la inexistencia de este medio. Se suma hoy el desprecio en la valoración de los dineros públicos, gastando una suma por demás excesiva en reformar la plaza principal de nuestra ciudad. La comunidad y referentes políticos locales, frente al hecho consumado, se muestran impávidos, inertes sin reacción crítica ante un nuevo despropósito en el manejo del Recurso. Sin cuestionarnos porque nos desgastamos tanto, en fatuas discusiones mediáticas por los magros ingresos obtenidos mediante la “tasa de seguridad” , mezquinamente destinados a un flagelo que nos abarca a todos, aceptamos sin chistar el desproporcionado gasto en una plaza. Ambos recursos económicos son exactamente equivalentes en valor nominal, con alguna ventaja del gasto en la plaza principal de Junín, contabilizando que no es una inversión amortizable y se concentra en un lapso menor de un año. Que no deja de ser más que una plaza aunque tenga jerarquía de principal. Resulta de una gravedad tal, destinar los recursos en áreas, que si bien estaban prometidas en su campaña, colisionan con el desmedido recurso económico utilizado, en perjuicio de otras áreas y tareas que nos afectan en nuestro diario transitar por el “espacio publico” de la ciudad de Junín –que será otro tema a desarrollar - . El Uso Racional de la Energía, constituye hoy otra “situación acomodaticia”, en la ambición de sintonizar con el “éxito del poder central” las acciones a contramano de la realidad local. El Uso Racional de la Energía debe ser una misión primaria de la Administración Municipal. No es necesario suscribir un protocolo político en la Casa Rosada para demostrar que está presente en la agenda política local. ¡ Mal estamos….! si un Intendente necesitó el impulso de una acción destemplada desde el Poder Central, para abordar esta cuestión. Basta recorrer nuestra ciudad para, solo mencionar un detalle, la obstrucción luminosa de farolas públicas por acumulación de suciedad interna en más del cincuenta por ciento. Desperdiciando energía que no se transforma en iluminación. Desoyendo además los reclamos, cuando por semanas enteras se han bloqueado los elementos automáticos de corte de alumbrado público, derrochando energía que pudo abastecer a cientos de viviendas con el mismo tiempo del derroche. Basta solo comparar, que con dos cuadras de alumbrado publico se abastece diariamente una casa de familia. Hemos visto con profusa acción en los “medios locales”, la ejecución de iluminaciones en avenidas, rutas, semaforización y plazas. Con lamentable estupor observamos que en ninguno de los casos señalados se recurrió a dotar de energía renovable, de sostenimiento cero, mediante paneles fotovoltaicos. O dotados de programadores de encendido que ayuden a modificar la intensidad de luz y su consumo, según la necesidad horaria.

Agrede y lastima la sensibilidad de los ciudadanos observar el gasto incurrido en implantar pequeños arbolitos, de reducida envergadura en veredas, plazas y paseos. Abandonados a la buena de Dios –además de los embates de inadaptados – sin tutores que los protejan ni cuidados acordes a la inversión realizada. Erogaciones inútiles, que solo reportan impacto público y engordan bolsillos de proveedores municipales por un instante. Inutilidad, porque seguirá pasando el tiempo, y permaneciendo sin forestación el mismo lugar. Malgastando irracionalmente, sin control nuevamente al siguiente año, donde seguramente, la estadística oficial dirá: “ se gastó en forestación la suma de tantos pesos”. La cual no señalará cuantos árboles murieron en el derroche.-