sábado, 21 de marzo de 2009

"SOJA", maldito nombre.

No pudo el mensaje ecologista, las agrupaciones que advertían el perjuicio del "verde cultivo". Las preocupaciones de la destrucción de la variedad agropecuaria, desplazadas por el cultivo transgénico. Fueron insuficientes los esfuerzos de Grupo de Reflexion Rural, Ecoportal, "Biodiversidad, Sustento y Culturas" con aportes de ilustres científicos, como Walter Pengue, el Ing. Rulli y muchos otros. ¡Si! lo logró la puja por el "reparto". La pulseada por quedarse con el lucro: campo y gobierno. ¿Quien se hará cargo del daño social y ambiental? Seguramente nadie. La sociedad argentina siempre pagó y pagará las erroneas, equivocadas y perversas acciones y omisiones de los dirigentes de turno. Dirigentes con distintos niveles de responsabilidad: el político, el industrial y social. Hoy vemos titulares como "El conflicto con el campo / Problemas de financiamiento en el interior-La soja no alcanza para evitar el déficit de las provincias-Los nuevos recursos permitirán reducir casi la mitad del rojo fiscal, según cálculos privados"
. La "caja" de los recursos mal administrados, dirigidos a destinos consumistas sin objetivos superadores. La oportunidad de utilizar un recurso, ocasional, a costa de destruir tierra fértil, bosques nativos, desplazar poblaciones enteras, provocar alteraciones climáticas y catastrofes poblacionales fue inútilmente desperdiciado. La Nación Argentina tiene más deuda externa que en 2001. E interna por el crecimiento de la marginalidad, crecimiento de población en la pobreza y profundización de las inequidades sociales. La estadistica relativa y mentirosa ofrecida, no refleja el valor absoluto, real del numero de personas entre 2009 y 2001. Estas estadisticas son porcentuales. En una sociedad debe evaluarse personas con su "estado de satisfacción". No valorar mediante mediciones numéricas, abstractas, que no contemplan el grado de satisfacción individual. Retormaremos a un pasado que creímos estar superando. Hemos sido engañados nuevamente. Realizamos esfuerzos inútiles. Frustramos nuevamente a una gran porción de la sociedad, que desea otro País. La exclusión social no es provocada por los que más tienen y que han tenido exito en cualquier actividad. Nadie aspira a un País de economía planificada, el ser nacional es individualista y libre. Esta es una virtud que deberiamos aprovechar. La exclusión la origina el dirigente político que miente, defrauda, pervierte, no escucha, no dialoga e incumple los preceptos de la Constitución Nacional. El dirigente que fue elegido para aplicar la Constitución y las Leyes, pero no servirse de la posición de privilegio. Las conductas sociales, desde el robo hasta el incumplimiento de la ley, son el fiel reflejo del ejemplo irradiado de los gobernantes. Si el gobernante no da el ejemplo, los grupos sociales se desvian de la ley. El orden social bien entendido, no es potestad de gobiernos de facto, autoritarios o militares. Surge del cumplimiento del Orden Jurídico. Las leyes son normas de cumplimiento obligatorio. La Dirigencia que no cumple en ningún nivel de responsabilidad: social ni politico, se desvia de esta condición que el sistema republicano exige. El presente y futuro de un País no depende de un cultivo agropecuario. Aunque para algunas regiones se transformo en su subsistencia, por el rumbo que la actividad sin control, sin análisis y sin Política, dejo al libre albedrío de intereses privados. La "factura social" aún no se dimensionó. Las próximas generaciones asumirán su costo. La Poítica aún adeuda la respuesta que la Sociedad necesita y reclama.

sábado, 7 de marzo de 2009

La realidad nos aplasta

Como hace tiempo sostengo que la realidad hay que cambiarla. Hoy debo decir con pesar, nos aplasta, nos impide respirar, nos impide progresar, imaginar caminos nuevos, explorar el sendero hacia un futuro mejor. Mejor no es tener más, disponer de más riqueza ni acumular objetos inservibles pasado un tiempo. El mejor futuro es aquello que nos reconforta a diario por el esfuerzo realizado, por mirar como nuestros hijos nos superan en conocimiento, cultura, aprendizaje y disfrute de la sana vida. El destino de nuestra sociedad depende de la incapacidad para conducirla. No se advierte en el menú político, la reserva moral, intelectual y ética necesaria para cambiar el destino. Permanecemos impávidos, absortos remordiendo nuestra bronca por la defraudación de los que ayer elegimos para gobernar nuestra Nación, nuestra Provincia nuestra Ciudad. Nos rodean, se burlan, nos dividen, nos roban, nos enemistan con amigos de ayer, capitalizando así su juego perverso de decir y no hacer nada. ¡Tan idiotas podemos ser, que no advertimos la degradación de la sociedad acorralada por la delincuencia sanguinaria que nos enfrenta en fatuas discusiones intrascendentes e hipócritas que a nada conducen. La irracionalidad avanzó hasta el limite de enfrentar disputas entre Poderes del Estado, con visiones irreales que entretienen sin tomar acciones en ningún sentido. Las minorías "ilustradas" que detentan el Poder formal se arrogan el derecho sobre los bienes y vida de los ciudadanos desconociendo el sentir de una población que los rechaza. El "que se vayan todos" quedo desdibujado por la perversa acción de una "bandera" política que maneja nuestros destinos, acomodando las circunstancias según el maquillaje de la ocasión, para sostener el mismo Poder, que nos aplasta y retocede a épocas de nuestra historia que debimos superar hace más de sesenta años.